Este ramo de flores nació muerto. Nunca vivió de verdad. Es artificial. Pero con el tiempo se ha ido muriendo de nuevo. Los cementerios no ayudan a mantener la vida, si acaso a esconderla. Incuso los plásticos pierden el color rápidamente en cuento los enfrentas a un cementerio lleno de mármoles fríos. Pero si te llevan, pues eso, ya se sabe, no es posible salir de allí y estás condenado al gris.